SÓLO TUVO TIEMPO DE REZAR

“Saqué fuerzas de donde pude”: sobreviviente de terremoto en Ecuador

La madre Marlene salió arrastrándose de entre los escombros de su escuela

(Foto: Gelitza Robles, El Gráfico)

(Foto: Gelitza Robles, El Gráfico)

Al día 19/04/2016 13:48 Redacción Actualizada 14:10
 

Por Gelitza Robles

Camina a paso lento entre lo que fue una estructura de cuatro y se detiene en un túnel. Mira la abertura formada por trozos de hormigón y puntiagudos vidrios y no puede creer que haya salido arrastrándose por allí.

Lo último que recuerda la madre Marlene Pozo, antes de que la losa que cubría la cocina de la escuela Mercedes, en Calceta, le cayera encima, es que se tomó de las manos con la hermana Matilde y empezó a rezar en voz alta.

‘NO ME DEJES MORIR’

Segundos después, su cuerpo estaba aprisionado entre el techo y el piso y lo único que hizo fue pedirle ayuda a Dios. “Señor Jesús, llévame tú de la mano y haz que se abra todo para yo poder salir con bien”, recuerda que pronunció con la voz temblorosa por el pánico y luego oyó la voz desesperada de Matilde que le pedía que no la dejara morir, que tenía las piernas atrapadas entre las toneladas de concreto.

Su mirada recorrió desesperada todo lo que la rodeaba y miró una especie de tubería que se había formado entre los escombros por la que se arrastró con dificultad. Estaba convencida que el señor oyó sus súplicas, porque el ducto la salvó de morir aplastada por el terremoto de 7.8 que también devastó la cabecera cantonal de Bolívar, donde además de la institución religiosa, decenas de edificaciones quedaron en añicos.

EL HORROR

Cuando la madre Marlene logró zafarse por completo, notó con horror la magnitud de los daños y le parecía un sueño que estuviese viva y hubiera sobrevivido al derrumbe de las aulas estudiantiles y el aula de las religiosas. Sobre su cabeza cayó la cocina y también dormitorios.

“Saqué fuerzas de donde pude. Yo sé que el señor estuvo conmigo todo el tiempo porque no perdí la calma”, relató la religiosa que cojeaba por una herida en su talón y decenas de raspones en sus tobillos.

REGRESAN POR MATILDE

Un joven que pasaba por el lugar regresó con ella a la institución y se metió por el mismo túnel por el que ella había salido y rescató a la hermana Matilde. 

Con dolor exclamó que la tercera monjita que vivía con ellas en el colegio, la religiosa Victoria Avellán, minutos antes de que la tierra empezara a temblar, les dijo que se iría a su habitación, donde fue hallada muerta a las 23:00 horas de ayer. Un armario le cayó en la cabeza y la desfiguró.

Al igual que la religiosa, en Calceta aproximadamente 10 personas fallecieron entre los escombros. El municipio, el mercado, comercios de la Plaza Cívica Simón Bolívar y hasta el emblemático reloj de la ciudad, uno de los principales atractivos turísticos de Calceta, ‘La Sin Par’, quedaron destruidos.

LLORAN A SUS MUERTOS

La mañana de ayer, más 100 personas se reunieron en el Parque Simón Bolívar a llorar frente a cinco féretros de sus coterráneos, que fueron sepultados el mismo día. En la tarde, la plaza parecía un campo de batalla, no sólo por los escombros, sino por las nubes de polvo de concreto que se levantaban.

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