Siguen sin agua al menos 90 mil habitantes de Neza

Emilio Fernández

Bañarse diario se ha convertido en un lujo que pocos habitantes de Neza se pueden dar después del 19 de septiembre. Desde que ocurrió el terremoto se quedaron sin suministro de agua potable por los daños que sufrió la red hidráulica.

“Ahora nos bañamos cada cuatro días, cada cinco días, cada que se puede porque no tenemos agua en la casa”, contó Guadalupe Trejo, residente de la colonia Ampliación Las Águilas.

El gobierno de Nezahualcóyotl informó que este fin de semana se redujo el caudal que recibe el municipio de parte de la Conagua, por lo que entre 80 a 90 mil personas no tienen suministro.

En las últimas horas el caudal que reciben es de 300 litros de agua por segundo, cuando debería de ser de 550, indicó el ayuntamiento.

UNO TRAS OTRO. Los problemas de desabasto se agudizaron desde el 7 de septiembre, cuando se registró el temblor de 8.2 grados de magnitud, pues la red maestra que conduce el agua a la mayor parte de los vecinos se colapsó.

Las autoridades de los tres niveles de gobierno la repararon, pero 12 días después, con el sismo del 19 de septiembre se volvió a fracturar, lo que dejó sin servicio a miles de familias del segundo municipio más poblado del Edomex.

Además, se han identificado daños en válvulas y en las tomas hidráulicas porque los vecinos, en su desesperación por contar con el líquido, las abrieron de manera ilegal.

Para tratar de paliar la situación, autoridades distribuyeron 90 tinacos de cinco mil litros de capacidad cada uno en todo el territorio para que los vecinos puedan surtirse de agua de manera gratuita mientras se normaliza el abasto.

Con botes, cubetas y garrafones, los vecinos acuden a donde se encuentran los tinacos que colocó el gobierno local para que se les llenen los recipientes.

“Lo de los tinacos sí nos ayuda porque no sé si no se dan abasto las pipas porque pedimos que nos las lleven a domicilio y ya no las llevan, sí nos toman el reporte en ODAPAS, pero ya no nos la llevan y pues ya no tenemos otra opción más que acarrear el agua”, dijo Cristina Luna, otra residente de la Ampliación Las Águilas.

La escasez ha provocado que los “piperos” privados hayan aumentado la venta del líquido. Guadalupe Trejo afirmó que antes de que se agudizara el desabasto un carro cisterna costaba 700 pesos y actualmente piden hasta 2 mil pesos.